Hace muchos años que no veía a San Martín jugar tan mal; la verdad no podía creer lo que estaba observando ante los salteños. Un equipo sin ideas, sin protagonismo, sin actitud, totalmente desordenado y sin juego colectivo. El único que mereció mis aplausos, y el de todos los Cirujas presentes, fue el "Ratón"; corrió, desequilibró y transpiró la camiseta, pero sólo no se puede.
Lo de Pedro Monzón no tiene explicación, dió muy pocas indicaciones y se pasó gran parte del partido sentado en el banco, como si fuéramos el Barcelona; y para colmo de males declaró que el equipo jugó bien y le faltó sólo definir. Jugamos ante un mediocre equipo, por no definirlo de otra manera, y apenas les creamos una situación de gol.
Me duele mucho el presente que nos toca vivir, la cancha vacía, dirigentes que salen mas en policiales que en la sección de deportes, la hinchada que no canta (me hago cargo), equipos mediocres nos perdieron el respeto, se perdió la fiesta de otros tiempos; y así de a poco vamos perdiendo la grandeza que forjamos en 101 años de existencia...
San Martín no merecés estar viviendo ésta realidad, y lo peor de todo es que los que más te amamos, los hinchas, no podemos hacer nada...
Mariano